Las estrellas cruzan fronteras
Ningún día, ningún ser, es más importante que otro.
Pero si creo una cosa; la Navidad (*) es para los que siguen la estrella cruzando fronteras.
La Navidad es para los que confían en las promesas de la palabra; un tiempo de espera y de esperanza ante la altura de uno mismo en esta vida.
Cruce de caminos, y no hay fronteras. No tiene que haberlas en el corazón.
Porque la palabra orienta, nada más, y siempre es fiesta cuando hay esperanza, seamos judíos, católicos, protestantes, musulmanes... Hay tantas muestras de fe en la tierra como tapicerías en una silla, o en un sillón. Lo importante es sentarse con dignidad e invitar a los otros a conversar, cada uno en su silla, cada cual en su sillón.
Un año emigra, el otro viene ya.
Y aquí, anclados a tierra, en búsqueda de un equilibrio, sin dejar de andar, pienso más que nunca en la estrella que burla fronteras porque esto, aquí abajo, está lleno de tropiezos, de vallas artificiales como las que necesitan las vacas en el campo para no escaparse del lugar. Yo paseo; me da igual por dónde porque en todas partes estoy bien, y aprendo. Soy nómada, viajera. Me encantaría que se pudiera viajar en estrella alguna vez.
Feliz Navidad (*)
(*) Se puede llamar a este tiempo como tú quieras. Lo bueno de las palabras no son sus letras sino dónde nos llevan.
Publicado el 26/12/2013 a las 19:54
Etiquetas: Navidad, frontreras, religión.
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