
Aún con la memoria puesta en la magnífica exposición de Helena Almeida, me preparo para perderme por ARCO y así, entre imágenes, descansar de palabras. Y del teclado. Las imágenes llegan con el final de mi tercera novela "La importancia de los peces fluorescentes" que aparecerá en marzo. Ya hablaremos de eso.
Yo quería comentar contigo un artículo que leí en un trayecto de avión y guardé en un libro de George Perec, "Las cosas". Desdoblo para ti este artículo que ha vuelto a mis manos, es una entrevista al filósofo Gustavo Bueno. Si quieres leerla, pincha aquí.
Él dice que en este país hay miedo a pensar... Es verdad que en un mundo de apariencias, los que dicen algo (algo propio me refiero) pasan a ser enemigos, pasan a ser seres incómodos para el resto... ¿Estás de acuerdo?
Nunca he tenido miedo a pensar. Por eso hay veces que me aburre y me apena ver al ser humano (complejo, maravilloso) como un perrito hortera de muelles, de esos que llevan algunos coches por detrás; con el movimiento automático, la pequeña bestia de plástico responde al muelle y parece que sólo saben decir sí, sí, sí...
No hablemos más de crisis por favor. No nos excusemos en ella. No repitamos lo que dice la radio, lo que dice el experto, lo que repite el charlatán,... Shssss silencio. Pensemos. Pensemos lo que pensamos nosotros. No tengamos miedo a pensar.
Publicado el 10/2/2009 a las 14:13
Etiquetas: pensamientos, literatura, arte, filosofía.
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