- Tómalo, es un postre chileno
La sandía, ya pinchada en pequeños trozos, había que pasearla en un corto ceremonial que atravesaba el plato de este a oeste para que ella se posara sobre una montañita de harina tostada con azúcar, con la misma delicadeza con la que una mota de polvo alcanza una mesa.
En ese momento, en Chile, ascendía del agujero el minero número 3.
La harina de color miel se dejaba masticar por las muelas con la misma sorpresa con la que un niño descubre el carbón dulce en la noche de los Reyes Magos.
Todos, en estos días, hemos querido ser negro color. Negro carbón. Harina, más que tostada, negra si tuviera que ser. Un brindis por Chile, por la superación de 33 hombres y un país. Viva el color negro, que no es sucio, sino limpio y honesto. Es el color del cruce, del esfuerzo, de la honestidad. El color del bien. ¿Acaso no es más creíble una paloma negra como símbolo de la paz? El blanco es demasiado hiriente, y de puro limpio, invita a la desconfianza.
¡Un minero y un escritor se parecen tanto!Qué más da, tinta o carbón. Negrura, obcecación. Y cuando un minero vuelve a la luz, cuando un libro sale a la luz, las gafas oscuras ayudan en la calle, donde está la gente que trabaja de pie, y saluda al sol.
(Un recuerdo al gran minero MVLL, que casi sus siglas ya dicen "maravilloso". Aplauso al reciente Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, con ganas de que vuelva a Madrid)
Publicado el 16/10/2010 a las 19:23
Etiquetas: LITERATURA, ACTUALIDAD.CHILE,
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