Las cosas son fundamentales en mi vida. Las cosas. Los banqueros cuentas sus beneficios, como escribe Luis García Montero, los políticos sus votos y los poetas, sus cosas. En Cambridge me encontré una vez con esta tienda que nos recuerda que todo eso, cabe en un solo mundo. Un solo mundo es necesario, y ya tenemos bastante. Me gusta reencontrarme con esta imagen ahora que regreso al Reino Unido.
Albert Einstein temía que llegara el momento en que la tecnología sobrepasara nuestra humanidad. Y ahora, incluso, se puede descargar la imagen de su cerebro, tal como se mostró en la autopsia, en una aplicación para el ipad... Al físico le gustaría menos ver a las personas, como lo que va siendo normal, reunidas todas ellas pero mirando cada una a la pantalla de su móvil, y perdiéndose lo demás. Seguro que se adentraría en una revolucionaria visión terrena de lo que es la física y lo físico, desde la recuperación del contacto y todas sus amables consecuencias.
Un solo mundo es necesario; ése en el que alcemos la voz para recordar que no hay nada más moderno que rozarnos, y optimizar la vida que nos planta delante la oportunidad real, y que lo virtual queda ahí, como algo complementario que bien conviva pero que no robe la valentía de vivir donde nos lleven los pies.
Publicado el 26/9/2012 a las 10:21
Etiquetas: Einstein, tecnología, pensamiento, cosas, literatura
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